Hoy en día, está muy de moda la palabra resiliencia. La resiliencia se define como la capacidad que tenemos las personas de superar y adaptarnos a situaciones adversas o traumáticas. En este blog quiero dar unas pinceladas de un término menos conocido, concretamente, del antónimo de la resiliencia desde el punto de vista médico; la fragilidad o síndrome de fragilidad.
¿Que es la fragilidad?
Según la asociación internacional de gerontología y geriatría, el síndrome de fragilidad se define como un síndrome médico de múltiples causas y contribuyentes que se caracteriza por una disminución de la fuerza, la resistencia y las reservas fisiológicas, lo que incrementa la vulnerabilidad del individuo de desarrollar dependencia y/o la muerte.
Pese a no ser un término muy conocido, es un síndrome ampliamente distribuido entre los adultos mayores (hasta 1 de cada 5). A la fragilidad se la vincula muy estrechamente con la discapacidad, la polimorbilidad (sufrir dos o más patologías diferentes al mismo tiempo) y la sarcopenia (pérdida de fuerza y masa muscular). Estos conceptos están relacionados pero es posible que existan a la vez o por separado en un mismo individuo. Pueden haber personas frágiles, autónomas y sin patologías crónicas; aunque al ser frágiles, se encuentran en un estado en el que son más vulnerables a estresores endógenos (patologías crónicas, estrés psicológico…) y exógenos (traumatismos, infecciones, cirugías…), y les hace más propensos a eventos negativos para su salud (dependencia, hospitalizaciones e incluso la muerte).
Aunque la fragilidad es un síndrome claramente relacionado con la edad, se describe como una condición fluctuante, es decir, con el tiempo tiende a agravarse, por eso mismo a la fragilidad se la describe como la antesala de la discapacidad en el adulto mayor.
La buena noticia es que con intervenciones y tratamientos adecuados (entre los cuales es indispensable la fisioterapia geriátrica) es posible enlentecer la progresión e incluso revertirla (al final de este blog te explicamos cómo lo hacemos en Gurea y de la promoción del 20% de descuento para estas navidades).

¿Y cómo sé si estoy ante una persona frágil?
En el adulto mayor se producen cambios fisiológicos asociados a la edad que favorecen ese estado aumentado de vulnerabilidad que mencionamos antes, y pese a que estos cambios se acumulan progresivamente con el paso del tiempo, la edad cronológica (los años que tiene) no es un predictor fiable para cuantificar la fragilidad, siendo los principales contribuyentes a agravar el síndrome los factores asociados al estilo de vida del individuo (físicos, psicológicos y psicosociales).
Existen multitud de escalas para valorar si un individuo es frágil o no, siendo la más reconocida la escala que describió Fried en 2001, el fenotipo de fragilidad, en la cual se valoran:

- La velocidad de la marcha
- La fuerza de agarre manual
- La pérdida de peso reciente
- La fatiga en las AVD
- El nivel de actividad física diaria
Pese a que es una escala validada y ampliamente utilizada, no alcanza a comprender todos los aspectos que componen la fragilidad ya que es indispensable conocer también el estado anímico y cognitivo, la salud social, las comorbilidades y la medicación.
¿Cómo de común es la fragilidad y qué repercusión tiene en las personas mayores?
Para conocer cómo de común es la fragilidad entre la población mayor la mayoría de estudios utilizan la clasificación de 5 criterios de Fried, se considera que una persona es frágil si cumple 3 o más, si cumple uno o dos criterios se le clasifica como una persona “pre-frágil”.
Según el estudio SHARE (2009) realizado a nivel europeo, en España entre la población mayor de 65 años el 21% de los individuos son frágiles y el 53,7% están en un estado de prefragilidad; además, en este mismo estudio se les hizo un seguimiento en los dos años posteriores, observándose que en un 22,1% de los casos empeoró la gravedad de su fragilidad.

Debido al modelo sanitario actual, en el que la alta especialización de la sanidad promueve el diagnóstico precoz y los tratamientos están avanzando a pasos agigantados, la esperanza de vida ha aumentado enormemente en los últimos años.
Esto ha llevado al aumento en la esperanza de vida y la falta de recursos para hacer abordajes específicos del paciente geriátrico. Nos encontramos con ancian@s frágiles, dependientes y polimedicados (más medicamentos de los necesarios). Est@s ancian@s no son tratados por especialistas en geriatría ni se les realizan abordajes dietéticos, psicológicos ni fisioterapeuticos.
Y por consecuencia, hoy en día existe una enorme brecha entre la esperanza de vida y la esperanza de vida libre de discapacidad, especialmente en mujeres, que presentan una esperanza de vida de 84 años y una esperanza de vida libre de discapacidad de 73 años, una brecha de más de 10 años sufriendo dependencia.

¿Tiene tratamiento de fisioterapia geriátrica la fragilidad en Bilbao?
Aunque la fragilidad debe ser tratada mediante un equipo multidisciplinar que valore y trate los principales déficits que conlleva (cognitivos, emocionales, nutricionales, sensoriales, físicos y funcionales), el único tratamiento general específico eficaz hasta el momento es el ejercicio físico terapéutico. También es una parte fundamental del tratamiento el abordaje médico de las patologías crónicas concomitantes y la revisión de la medicación.

Según la Sociedad Americana de Medicina Deportiva, al adulto mayor se le recomienda realizar 150 minutos de ejercicio físico de intensidad moderada-alta, lejos de ser una recomendación dada únicamente a los adultos mayores sanos, es de especial importancia que los mayores con patologías crónicas, frágiles o en situaciones de dependencia realicen ejercicio físico.
Los programas de ejercicio terapéutico en el paciente geriátrico son multicomponente, es decir, abarcan varias modalidades de ejercicio. Por norma general incluyen ejercicio aeróbico, de fuerza, equilibrio y movilidad; pudiendo variar en función de la situación del individuo y se suelen recomendar un mínimo de 2 sesiones semanales.
Los programas de ejercicio ofrecidos al adulto mayor frágil o con patología siempre deben estar diseñados por un profesional sanitario especializado en la materia, en este caso, el fisioterapeuta geriatrico, y programarse de forma individualizada y con una valoración previa de la persona.

Casualmente para estas navidades, en Gurea hemos sacado una promoción de un 20% de descuento en el plan ANTI-FRÁGIL de nuestro servicio de Fisioterapia Geriátrica en Bilbao, dirigido específicamente a esta población. Llámanos al 673 84 66 59 para tener más información.
¿Qué hacemos en Gurea (fisioterapia geriátrica en Bilbao) por las personas mayores frágiles?
En Gurea somos expertos en fisioterapia Geriátrica en Bilbao, por lo que atendemos a ancianos en situación frágil y pre-frágil, en cualquier tipo de situaciones (también hacemos fisioterapia geriátrica domiciliaria).
Valoramos cada caso con detenimiento y basándonos en la valoración inicial, establecemos unos objetivos conjuntos con la persona y un plan de tratamiento activo (mediante el ejercicio terapéutico recomendado por los últimos estudios científicos) para llegar a conseguirlos.
Durante estas navidades podrás regalar a tu madre/padre y/o abuel@s nuestro plan «ANTI-FRÁGIL», dirigido específicamente a la población geriátrica en situación de fragilidad o estado pre-frágil.
